Bluffear es, sin duda, uno de los aspectos más interesantes del póker.
Engañar a tu oponente representando mejores cartas de las que realmente tienes y de esta manera hacerles retirar su mano ganadora, a menudo puede ser muy emocionante y gratificante. Pero aparte del factor de la emoción que ofrece un bluff, es también un elemento clave si quieres ser un jugador de póker profesional.
Estrategias de Póker-Bluffear
Si un jugador siempre tuviera que esperar hasta que se le repartiera la mejor mano para ganar un bote, el póker, no sólo perdería mucho de su atracción, sino que también reduciría al mínimo su margen de beneficio, ya que cada jugador se convertiría en muy predecible. El bluff te permite mezclar tu estrategia de póker y siempre dejar a tus oponentes preguntando cuál es su posición en una mano. Sin embargo, la emoción de bluffear siempre viene con un riesgo, y si el bluff no se aplica correctamente, puedes entrar en un montón de problemas.
Bluffear en póker es un arte, e implica mucho más que simplemente empujar una gran pila de fichas en el medio para intimidar a tus opositores y tener la esperanza de que van a retirar sus manos. Un bluff no se puede sacar de la nada, sino que debe ser cuidadosamente planificado. Es necesario tomar en cuenta a tu oponente, la cartas de la mesa, el tamaño de las pilas, tu imagen en la mesa y cómo se jugó la mano hasta ahora.
Al jugar contra un principiante que lo mas probable es que iguale a cada par y en cada repartición, no tiene mucho sentido tratar de bluffear en una mano de póker, ya que es muy probable que te iguale de todos modos. Contra este tipo de jugadores tiene más sentido esperar y atrapar a estos jugadores con buenas manos.
Si el flop trae un resultado como A-K–10, es probable que uno de tus oponentes haya subido la apuesta utilizando este flop, o iguala las apuestas de otros jugadores preflop. No vayas a la quiebra tratando de bluffear a alguien cuando haya mucha probabilidad de que este oponente tenga una mano fuerte.